Tres de un par imperfecto













Tres de un par imperfecto nace desde el paisaje que la música me ha inspirado. Y del silencio. “El silencio es el lienzo en blanco, el marco, sobre lo que trabajás; y no tratás de ahogarlo”1; el silencio como respiración persistente…
Tres de un par imperfecto es el fruto de un destino muy causal. Y como toda sincronicidad, así, de la nada -en una de las entregas del programa radial “El Vahído”2 -, la actriz y conductora Vida Morant escribió y me regaló esta frase: “Hay espacios sin colores ni formas que resguardan la esencia de lo real y lo sensible. Allí, es donde habita todo artista”. Espacios. Silencios. Arte. Corazón, sudor y sangre. Letras que reflejan la bohemia que supe conseguir -“mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizón en el viaje a Venus”3, remarcado por un entrañable amigo artista, al describirme en una noche de tragos y fogón guitarrero-; la más perfecta imperfección que he transitado amando, sintiendo, escuchando, explorando, llorando, mojándome… y, especialmente, viviendo y celebrando la libertad, la diversidad y la memoria.
Carlos Mendes, un hacedor de notable referencia y amigo crítico en mi camino de creaciones, me ha dicho muchas veces que “un texto publicado ya no es de uno sino de quien se apodera de él”; paráfrasis de lo que ha manifestado Roland Barthes: “El nacimiento del lector se paga con la muerte del autor”. Aspiro a rendir tributo a las palabras de Carlos si he conseguido que una pizca de inspirada pasión se haya colado en las páginas de este libro; será inmensamente gratificante. Fue Carlos quien, en el medio del proceso, me facilitó la novela “Acerca de Roderer”4 que, durante las primeras revisiones de estos textos que aquí se publican, dio una luz intensa a los múltiples momentos de dudas.
Más luces…
Cito a uno de los personajes centrales que, en la página 71, expresa: “Todo lo que dijiste… lo sentí yo también, exactamente igual, en la primera lectura. Son, digamos, los aciertos, lo que está acabado. Pero en una gran obra también es revelador lo que quedó incompleto, o malogrado, las inconsecuencias, la parte de materia que no pudo ser dominada, los puntos de dificultad extrema en que para seguir adelante se debe perder algo. Es inevitable (…) porque toda obra, aun la más compleja, es una simplificación, una reducción. Del infinito caótico, acribillado, de hechos y relaciones y solo a medias coherente que tiene delante de sí el escritor, a la finitud del libro, los pocos elementos con los que puede quedarse y que debe disponer del mejor modo posible para crear la ilusión, apenas una ilusión, de las magnitudes reales. Eso es lo acabado en el fondo: una simulación racional, un artificio. Pero en las equivocaciones, a través de las grietas, uno puede asomarse a veces al verdadero abismo, a la visión original”.
Espacios… Silencios… Arte… Abismos… Y más luz.

La idea de escribir un libro de cuentos surgió a partir de una cantidad acumulada de poemas trazados durante largos años. Me planteé editarlos, con ciertos retoques, manteniendo una esencia minimalista. Lo que brotó, dejarlo despojado, sin vestidos. Existían cinco cuentos que me parecían interesantes de revelar. Dos terminados, dos a retocar y uno como ensayo, que merecía transformarse en cuento; publicarlos como un anexo final a los poemas. El brote se hizo luz y los cuentos crecieron a quince -primero-, a veinte -después-, hasta que me puse un tope final: treinta. La inspiración, esa misteriosa divinidad que aflora de la nada y que es todo, que fluye del más recóndito de los paisajes y de los oscuros y cálidos espacios de sensibilidad, imperfecta, explosiva, vino para molestar lo definido. Esa luz aportó más luces y todo quedó definido en treinta y tres cuentos.
33.
Entonces, ¿qué hacer? El divague, hermoso rostro de verdades y más luces, lo que hoy llamamos brainstorming, el clásico tormenta de ideas, arrojó la pista: tenían que ser dos libros. Uno de poemas y otro de cuentos.
Con la fortuna que nos arropa cuando hay quienes se interesan en lo nuestro, con el agrado y la expectativa de leer más, a pesar de encontrarse con la crudeza y el despojo de los primeros bocetos, me incentivé para terminar esas utopías que giraban a mi alrededor: ficcionales para la pluma, reales para la definición del proyecto, y así poder transformarlas en lo que finalmente vería la luz.
La luz.
Se abrieron más luces. Al pasar y corregir dos cuentos que ya había publicado en la revista NX, Periodismo gay para todos redescubrí otros textos esperando ser redescubiertos y que otras miradas se apropiaran otra vez de ellos; textos reposando en el arcón de los recuerdos; escritos “alter egos” de compañeros y compañeras que publicaron junto a otras firmas alter egos mías5. Sentí que tenía que darlos a conocer y sumar nuevos “alter ego” que acababa de descubrir en este tiempo como para que sea un auténtico compilado de la diversidad.
Esta decisión se tornó más ambiciosa y definí, en otro divagus raptus, que tal vez era posible y necesario dar a conocer los textos de Nexo y NX. Había que ponerse a trabajar en la edición de tres libros. Sí… utopía de la pluma, despropósito quijotero.
Parafraseando al exquisito disco de King Crimson, Three of a perfect pair (Tres de un par perfecto), nació “Tres de un par imperfecto”: una triada de mi imperfecto par de poemas y cuentos.
Un estro -el estímulo ardiente que inspira a poetas y poetisas- despegó la producción de cuentos. “vainilla y frutilla” fue el primero y ofició de disparador de lectura para unas veinte personas amigas. Todas quedaron prendadas de la historia, sugirieron que no terminara de la manera que finalizó y sus respectivas devoluciones y críticas agitaron la producción de más cuentos.
Desde la historia resultante de ambos personajes, en una heladería, definimos que los títulos y las tapas debían girar en torno a ello. Frescura… y, según la Editora general, la tremenda calidez que el protagonista real del cuento transmitió para la continua producción caótica y afable del autor, entre noviembre de 2009 y noviembre de 2012. Cayó de maduro relacionar los títulos con helados.
Fue fácil. El divague acopla los sentidos: Cuentos a la cremaPoemas al aguaEscritos granizados componiendo un concepto de unidad, intentando desgranar lo que ya no pude atesorar dentro, buscando un contagio de textos con historias que la ficción permitió disimular, enriquecer.
Escribió Neyda Pitt en un primer boceto de El Artista (2010), que se presenta en el libro Escritos granizados: “Un estallido de colores, de ideas, de trazos artísticos que brincan como corderos en las manos de un artista. Las alteraciones que suben, que bajan y vuelven a subir para llegar a un orgasmo intenso, que hace temblar, y vuelve a comenzar el éxtasis.  Así  se simplifica el acto de crear. No es jugar con reglas honorables de un estado o medir delicadamente los ángulos de una casa o comercializar sin escrúpulos; es explotar el inconsciente, el subconsciente y lo poco de consciente que queda. Es indagar dentro de lo que no existe, leer el menaje oculto, percibir ‘eso’ que solo el creador puede ver y trazar en papiros los divagues escondidos. Los tristes, los felices, los melancólicos, esperanzadores y los surrealistas. (…) La verdad es lo que es, tal cual. Lo verde es verde, tiene matices, a veces sombras, nace, muere y perpetuamente cae en manos de un papel”.
Cada cuento, poema y escrito ha tenido sus estros y musas inspiradorxs, a ellxs quiero regalarles mi reconocimiento. Las historias están inspiradas en caminos que vivencié, mixturadas con personas y personajes que circundan mi vida y con los duendes que se cuelan en mi mente para que afloren las historias. A muchas de ellas puedo regalarles un nombre; otras es mejor que permanezcan en la impureza y el guiño que da el anonimato (se revela más data en mi Blog).
Los Cuentos a la crema son el ventiluz por donde asomarse a espiar. Son el juego que invita a andar, como Scorsese pintando su cine, los cines, despertando la cámara, las cámaras, que saltarán al jugo de la poesía en el siguiente libro. Allí, los Poemas al agua encienden los candiles, como danzas al compás de las sombras de Rimbaud y las luces sabinescas. Después, un puente al arcoíris de la diversidad con tantas admiradas plumas. Un libro final de un comienzo de compilaciones, los Escritos granizados. Rescates del arcón de la memoria y de un presente LGTBIQP…Z que me conmueve, que inspira, que deseo aventure otros prismas, un guiño más.  
Neyda Pitt fue la Editora general. Con su juventud, entusiasmo y experiencia se animó a meter mano -pluma- en mis textos -cuentos y poemas- para editarlos con ojo crítico y la sensibilidad que la caracteriza y su especial colaboración para editar y/o redefinir, según el caso, los escritos del tercer libro.
Tres de un par imperfecto ha sido parido.


Notas Introducción: 1. Richards, Keith. Vida. Barcelona, Global Rhythm Press, 2010. 2. Magazine socio-político-cultural en el que participé desde el 4 de noviembre de 2010 al 3 de noviembre de 2013. 3. Del tango “Balada para un  loco”: letra de Horacio García Ferrer, música de Astor Piazzolla. El artista referido es Matías Escaray. 4. Martínez, Guillermo. Acerca de Roderer. Buenos Aires, Planeta, 1992. 5. En los números de lo que fue la inicial revista Nexo (1993-1994)  y su sucesora NX (1994-2001); la participación del autor se limitó al período 1994-1998.

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